En el año 1594 Santa Cecilia fue nombrada patrona de la música por el Papa Gregorio XIII y, a través de los siglos, su figura ha permanecido venerada por la humanidad con ese padrinazgo. Su fiesta es el 22 de noviembre, fecha que corresponde con su nacimiento y que ha sido adoptada mundialmente como el Día de la Música. El padrinazgo de la música le fue otorgado por haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música.
Ser músico es un mezcla de placer y responsabilidad. El placer va inmerso en el hecho de poder expresar diversidad de formas, texturas, colores y aromas con una gama interminable sonidos. La responsabilidad radica en el hecho concreto de ser un compromiso con el arte mismo, con la cultura, con las expresiones urbanas o autóctonas, según sea el caso, y, no por último menos importante, el compromiso consigo mismo, donde las ideas y el sentimiento van de la mano con las notas y silencios que emanan de un instrumento musical (voz incluída). Por otro lado, ser músico es casi que una bendición divina, una forma de poder experimentar como el alma vuela y se expresa de manera clara, sincera, dibujando expresiones en el aire que transporta sonoridades. Hoy, cuando celebramos el Día internacional del músico, nos unimos al júbilo de todos aquellos colegas que se encuentran en diversos lugares del planeta liberando los sonidos que mueven al mundo a través del universal lenguaje que representa la música, buscando siempre alegrar y llenar espacios con los maravillosos colores de las siete notas. Es por ello que en este día tan especial felicitamos a todos los hacedores de sueños melodiosos y ritmicos.Maestro Wilmer Pacheco...FELIZ DÍA DEL MÚSICO!!!!!
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