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lunes, 26 de mayo de 2008

CANTOS PARA LA MISA


Estos cantos varían en su texto en función del carácter de la eucaristía, del tiempo litúrgico o de la fiesta particular que se celebra.


Canto de entrada
Canto procesional.

Abre la celebración, congrega la asamblea y la invita a entrar en la acción litúrgica común disponiéndola a la alabanza.

La música y las palabras crean el ambiente espiritual para entrar en comunión con el misterio de Dios, según el tiempo, el día o la fiesta que se celebra. Acompaña el ingreso procesional del sacerdote que preside y de los demás ministros y acólitos.

Ritmo: que facilite el caminar
Melodía: al alcance de la asamblea
Duración: hasta que llegue el celebrante y acólitos al altar
Finalizar después de la repetición del estribillo.


Cantos sugeridos
Abre tu jardín
El Profeta
Juntos como hermanos
Canción del Misionero
Iglesia Peregrina (Todos unidos)


Salmo responsorial

Es la respuesta de la asamblea estrechamente ligada a la palabra proclamada, en la primera lectura, como momentos de recepción y meditación. No debe sustituirse por otro canto y la antífona debe ser cantada por la asamblea.

Canto responsorial donde la asamblea repite cantando la antífona propuesta por el salmista o el coro.

Música estrictamente ceñida al texto de la antífona propuesta. Corta y sencilla.

Aclamación antes del Evangelio

El “Aleluya” antes del Evangelio prepara a la escucha de la palabra de Jesucristo. No se canta en el tiempo de Cuaresma.

Acompaña la procesión del diácono o del sacerdote que proclamará el Evangelio.

La música es de carácter gozoso.
Ritmo y melodía: movido y alegre.


Aclamación después del Evangelio

El ideal es cantar “Gloria y honor a ti, Señor Jesús”. Podría también cantarse algo similar.

Ritmo y melodía: libre
Duración: corta


Presentación de las ofrendas

Acompaña la preparación del altar y la precesión con el pan y el vino. Dispone a acoger el don por excelencia: Cristo, que se ofrece a sí mismo al Padre, mientras nosotros presentamos al Padre nuestras ofrendas.

Momento en que puede cantar sólo el coro o puede ser música instrumental en vez de canto de la asamblea.

Cantos sugeridos
Bendito seas Señor
Después de preparar
Recibe, oh Dios
Una espiga

Aclamación después de la consagración

Al decir el sacerdote: “Este es el sacramento de nuestra fe” u otras fórmulas propuestas por el Misal, la asamblea contesta con una aclamación gozosa que expresa la fe en el misterio pascual reactualizado en la eucaristía.

Música de contenido reflexivo que no quiebre el ambiente creado por la Consagración. Debe ser de corta duración.

Amén

La Plegaria Eucarística termina con las palabras del presidente “Por Cristo con El y en El…”. La asamblea responde con el “Amén” más importante de la misa, confirmando el misterio realizado. Este “Gran Amén” debería cantarse siempre.

Aclamación solemne y corta.

Cantos de comunión

Expresan la unidad con Cristo y entre los fieles que se acercan al altar y el gozo de participar en el anticipo del banquete del reino de Dios. Ayudan a crear un ambiente festivo, reflexivo y fraterno.

En este momento, la función del coro es particularmente importante, ya que la asamblea está moviéndose para la comunión.

Cantos libres. Que acompañen la procesión.
Se debe considerar un tiempo de silencio para la oración personal después de la comunión.


Cantos sugeridos
Alma de Cristo
Puedo confiar en el Señor
El Alfarero
Pescador de Hombres

Canto final

Este canto sólo tiene sentido si la asamblea está presente. Los cantos a la Virgen son especialmente adecuados, pero éstos podrán ser también de acción de gracias, de envío o relacionados con el tiempo litúrgico en curso.

Música alegre de ritmo y melodía libre al alcance de la asamblea.

Cantos sugeridos
¡Haz cantar tu vida!
Santa María del camino
Canción a María
Salve María

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