lunes y sábados
1- La Anunciación
“El
ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de
Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien
pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del
Altísimo (...). Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí
según tú palabra.”(Lucas 1, 30-32, 38)
2- La Visitación (de María a su prima Santa Isabel)
“En
aquellos días, se levanto María y se fue con prontitud a la región
montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a
Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de
gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y
exclamando con gran voz, dijo: bendita tú entre las mujeres y bendito el
fruto de tu vientre; y ¿de donde a mí que la madre de mi Señor venga a
visitarme?” (Lucas 1, 39-43)
3- El Nacimiento de Jesús
“Y
sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días del
alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales
y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.
Había en la misma comarca algunos pastores (...) se les presentó el
Ángel del Señor, (...)y les dijo: no temáis, pues os anuncio una gran
alegría, (...) os ha nacido (...) un salvador.”
(Lucas 2, 6-11)
4- La Presentación
“Llevaron
a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la
Ley del Señor. (...) Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado
Simeón que esperaba la consolación de Israel; y
estaba
en él el Espíritu Santo. (...)Simeón les bendijo y dijo a María, su
madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y
para ser señal de contradicción- ¡y a ti misma una espada te traspasará
el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos
corazones.” (Lc 2, 22-25, 34-35)
5- El Niño Perdido y Hallado en el Templo
“Sus
padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. (...)
Subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres(...).
Se volvieron a Jerusalén en su busca(...). Al cabo de tres días, le
encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles
y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su
inteligencia y sus respuestas.” (Lc 2, 41-47)
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