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miércoles, 31 de marzo de 2010

martes, 30 de marzo de 2010

lunes, 29 de marzo de 2010

Cientos de católicos asistieron a las plazas Monumento y Bolívar, donde repartieron los ramos
Fieles llevaron paz a sus hogares con las palmas
Texto: Yesenia Rincón Castellano





Desde las 6:00 de am repartieron ramilletes. Basílica y Catedral se desbordaron de gente.

Como un terreno sembrado con hojas de palma se veía ayer a las 7:00 de la mañana la plaza Monumento a la Virgen de Chiquinquirá, en el casco central de Maracaibo.

Allí los fieles elevaban y ondeaban sus ramilletes de palma en señal de regocijo, para evocar la misma alegría del pueblo que aclamó la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.

Así se inició ayer, la celebración religiosa del Domingo de Ramos, pero los pobladores de las cercanías del centro y otros municipios zulianos, más los vendedores informales de incienso, antes de las 6:00, desde antes que aclarara el cielo, estaban en la plaza Monumento y los alrededores de la Basílica buscando sus palmas para bendecirlas durante la ceremonia del Domingo de Ramos.

“Con este día se inicia la semana de la Pasión del Señor, que ofrendó su propia vida por los hombres”, recordó Eleuterio Cuevas, párroco de la Basílica Nuestra Señora de Chiquinquirá, quien ofreció su mensaje de reflexión durante la celebración de la eucaristía, que se inició a las 8:00 de la mañana, luego de la bendición de las palmas en la plaza Monumento y una corta peregrinación que simboliza la del pueblo de Jerusalén, desde allí al templo.

Semejante ritual se realizó en la plaza Bolívar a las 7:45 de la mañana, donde el obispo de Maracaibo, Ubaldo Santana, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, bendijo las palmas desde el púlpito de la Plaza Bolívar y de allí peregrinó junto con los fieles para celebrar la misa en la catedral.

En el camino, Santana exclamaba: “Como la muchedumbre de cristianos que aclamaron a Jesús, aclamémos nosotros a Cristo y recordemos que es nuestro Salvador. ¡Que viva Cristo Rey! ¡Que viva El Salvador!”.

Dentro del templo, la autoridad religiosa recordó que, con mucha razón, decía el apóstol Pablo que la Pasión de Jesucristo no había concluido. Porque no es solamente su pasión, era la de todos los seres humanos, desde el primerísimo Adán, hasta el último que viva.

“Cualquiera que sea la persona, Jesús sufre con el dolor de nosotros”, reflexionó.

Quienes no llegaron tan temprano debieron escuchar la misa de pie y fuera de los templos que se encontraban desbordados de visitantes que pese a no tener un lugar donde sentarse, no abandonaron la intención de escuchar el mensaje de Dios.

Tal fue el caso de Neumary Siervo, quien desde el sector La Paragua se movilizó al centro para llegar a la Catedral y cumplir con Dios.

“Vine a rogarle a Dios que le de trabajo a mi esposo y a mi hermano, que son trabajadores y anhelan ganarse el pan honradamente, sólo les ha falta la oportunidad”, contó Neumary, quien alegre cantaba: Bendito el que viene, en nombre del Señor...

SEMANA SANTA



La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret o lo que es igual conmemorar sus últimos días, por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Sábado Santo, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores) y se considera parte de la misma el Domingo de Resurrección.

La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que culmina en la Semana de Pasión donde se celebra la eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.

Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión.


Domingo de Ramos :: 5 de abril de 2009

Domingo de Ramos«Sobre la vida y la obra de Jesús, la carta a los Hebreos puso como lema una frase del salmo 40: «No quisiste sacrificio ni oblación; pero me has formado un cuerpo» (Hb 10, 5). En lugar de los sacrificios cruentos y de las ofrendas de alimentos se pone el cuerpo de Cristo, se pone él mismo. Sólo «el amor hasta el extremo», sólo el amor que por los hombres se entrega totalmente a Dios, es el verdadero culto, el verdadero sacrificio. Adorar en espíritu y en verdad significa adorar en comunión con Aquel que es la verdad; adorar en comunión con su Cuerpo, en el que el Espíritu Santo nos reúne.»

[ Homilía durante la celebración del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, 2009 ]

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Jueves Santo :: 9 de abril

La  Última Cena

La liturgia del Jueves Santo es una invitación a profundizar concretamente en el misterio de la Pasión de Cristo.

«Antes del día de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que llegó la hora en que pasara de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, les amó hasta el fin. Y hecha la cena, habiendo ya el diablo inspirado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariotes, que lo entregase, sabiendo que el Padre lo había entregado a su potestad y que de Dios salió y a Dios va, se levanta de la cena y depuso sus vestiduras; y tomando un paño se ciñó con él; después echó agua en una jofaina y empezó a lavar los pies de sus discípulos y a limpiarlos con el paño que se había ceñido. Vino, pues, a Simón Pedro. Y díjole Pedro: "Señor, ¿tú me lavas los pies?" Respondió Jesús y dijo: "Lo que yo hago, tú no lo sabes ahora, mas lo sabrás después". Díjole Pedro: "No me lavarás jamás los pies". Respondióle Jesús: "Si no te lavare, no tendrás parte conmigo". Díjole Simón Pedro: "Señor, no solamente los pies, sino también las manos y la cabeza". Dícele Jesús: "El que ha sido lavado no necesita sino de que se lave los pies, porque está todo limpio; y vosotros estáis limpios, pero no todos"; porque sabía quién era el que lo había de entregar: por esto dijo no estáis todos limpios. Luego que les lavó los pies, tomó sus vestidos; y cuando se hubo sentado, díjoles de nuevo: "¿Sabéis lo que he hecho con vosotros?; vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien: lo soy, en efecto: si pues yo, el Señor y Maestro he lavado vuestros pies, también vosotros debéis lavaros mutuamente los pies: os he dado el ejemplo, para que así como yo hice a vosotros, así también vosotros lo hagáis.»

[ Homilía del Santo Padre durante la Santa Misa Crismal ]

[ Homilía del Santo Padre durante la Santa Misa «In Cena Domini» ]

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Viernes Santo :: 10 de abril

Viernes SantoEl Viernes Santo presenta el drama inmenso de la muerte de Cristo en el Calvario. La cruz erguida sobre el mundo sigue en pie como signo de salvación y de esperanza.

Los títulos de Jesús componen una hermosa Cristología. Jesús es Rey. Lo dice el título de la cruz, y el patíbulo es trono desde donde el reina. Es sacerdote y templo a la vez, con la túnica inconsútil que los soldados echan a suertes. Es el nuevo Adán junto a la Madre, nueva Eva, Hijo de María y Esposo de la Iglesia. Es el sediento de Dios, el ejecutor del testamento de la Escritura. El Dador del Espíritu. Es el Cordero inmaculado e inmolado al que no le rompen los huesos. Es el Exaltado en la cruz que todo lo atrae a sí, por amor, cuando los hombres vuelven hacia él la mirada.

Sábado Santo :: 11 de abril

Sábado SantoDurante el Sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección).

Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.

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Domingo de Resurrección :: 12 de abril

Domingo de ResurrecciónEl Domingo de Resurrección o Vigilia Pascual es el día en que incluso la iglesia más pobre se reviste de sus mejores ornamentos, es la cima del año litúrgico. Es el aniversario del triunfo de Cristo. Es la feliz conclusión del drama de la Pasión y la alegría inmensa que sigue al dolor. Y un dolor y gozo que se funden pues se refieren en la historia al acontecimiento más importante de la humanidad: la redención y liberación del pecado de la humanidad por el Hijo de Dios.

[ Mensaje Urbi et Orbi de S.S. Benedicto XVI para la Pascua de 2007 ]

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domingo, 28 de marzo de 2010

EL EVANGELIO DEL DIA DOMINGO


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68













Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

Hoy la Iglesia celebra : San Sixto III, José Sebastián Pelczar, Santa Gisela

Lecturas

Leer el comentario del Evangelio por : Proclo de Constantinopla
«Bendito el que viene como Rey»

Evangelio según San Lucas 22,14-71.23,1-56.
Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo:
"He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión,
porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios".
Y tomando una copa, dio gracias y dijo: "Tomen y compártanla entre ustedes.
Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios".
Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: "Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes.
La mano del traidor está sobre la mesa, junto a mí.
Porque el Hijo del hombre va por el camino que le ha sido señalado, pero ¡ay de aquel que lo va a entregar!".
Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el que iba a hacer eso.
Y surgió una discusión sobre quién debía ser considerado como el más grande.
Jesús les dijo: "Los reyes de las naciones dominan sobre ellas, y los que ejercen el poder sobre el pueblo se hacen llamar bienhechores.
Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que es más grande, que se comporte como el menor, y el que gobierna, como un servidor.
Porque, ¿quién es más grande, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es acaso el que está a la mesa? Y sin embargo, yo estoy entre ustedes como el que sirve.
Ustedes son los que han permanecido siempre conmigo en medio de mis pruebas.
Por eso yo les confiero la realeza, como mi Padre me la confirió a mí.
Y en mi Reino, ustedes comerán y beberán en mi mesa, y se sentarán sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido poder para zarandearlos como el trigo,
pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos".
"Señor, le dijo Pedro, estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte".
Pero Jesús replicó: "Yo te aseguro, Pedro, que hoy, antes que cante el gallo, habrás negado tres veces que me conoces".
Después les dijo: "Cuando los envié sin bolsa, ni alforja, ni sandalia, ¿les faltó alguna cosa?".
"Nada", respondieron. El agregó: "Pero ahora el que tenga una bolsa, que la lleve; el que tenga una alforja, que la lleve también; y el que no tenga espada, que venda su manto para comprar una.
Porque les aseguro que debe cumplirse en mí esta palabra de la Escritura: Fue contado entre los malhechores. Ya llega a su fin todo lo que se refiere a mí".
"Señor, le dijeron, aquí hay dos espadas". El les respondió: "Basta".
En seguida Jesús salió y fue como de costumbre al monte de los Olivos, seguido de sus discípulos.
Cuando llegaron, les dijo: "Oren, para no caer en la tentación".
Después se alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de rodillas, oraba:
"Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya".
Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo reconfortaba.
En medio de la angustia, él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo.
Después de orar se levantó, fue hacia donde estaban sus discípulos y los encontró adormecidos por la tristeza.
Jesús les dijo: "¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para no caer en la tentación".
Todavía estaba hablando, cuando llegó una multitud encabezada por el que se llamaba Judas, uno de los Doce. Este se acercó a Jesús para besarlo.
Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?".
Los que estaban con Jesús, viendo lo que iba a suceder, le preguntaron: "Señor, ¿usamos la espada?".
Y uno de ellos hirió con su espada al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha.
Pero Jesús dijo: "Dejen, ya está". Y tocándole la oreja, lo curó.
Después dijo a los sumos sacerdotes, a los jefes de la guardia del Templo y a los ancianos que habían venido a arrestarlo: "¿Soy acaso un ladrón para que vengan con espadas y palos?
Todos los días estaba con ustedes en el Templo y no me arrestaron. Pero esta es la hora de ustedes y el poder de las tinieblas".
Después de arrestarlo, lo condujeron a la casa del Sumo Sacerdote. Pedro lo seguía de lejos.
Encendieron fuego en medio del patio, se sentaron alrededor de él y Pedro se sentó entre ellos.
Una sirvienta que lo vio junto al fuego, lo miró fijamente y dijo: "Este también estaba con él".
Pedro lo negó, diciendo: "Mujer, no lo conozco".
Poco después, otro lo vio y dijo: "Tú también eres uno de aquellos". Pero Pedro respondió: "No, hombre, no lo soy".
Alrededor de una hora más tarde, otro insistió, diciendo: "No hay duda de que este hombre estaba con él; además, él también es galileo".
"Hombre, dijo Pedro, no sé lo que dices". En ese momento, cuando todavía estaba hablando, cantó el gallo.
El Señor, dándose vuelta, miró a Pedro. Este recordó las palabras que el Señor le había dicho: "Hoy, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces".
Y saliendo afuera, lloró amargamente.
Los hombres que custodiaban a Jesús lo ultrajaban y lo golpeaban;
y tapándole el rostro, le decían: "Profetiza, ¿quién te golpeó?".
Y proferían contra él toda clase de insultos.
Cuando amaneció, se reunió el Consejo de los ancianos del pueblo, junto con los sumos sacerdotes y los escribas. Llevaron a Jesús ante el tribunal
y le dijeron: "Dinos si eres el Mesías". El les dijo: "Si yo les respondo, ustedes no me creerán,
y si los interrogo, no me responderán.
Pero en adelante, el Hijo del hombre se sentará a la derecha de Dios todopoderoso".
Todos preguntaron: "¿Entonces eres el Hijo de Dios?". Jesús respondió: "Tienen razón, yo lo soy".
Ellos dijeron: "¿Acaso necesitamos otro testimonio? Nosotros mismos lo hemos oído de su propia boca".
Después se levantó toda la asamblea y lo llevaron ante Pilato.
Y comenzaron a acusarlo, diciendo: "Hemos encontrado a este hombre incitando a nuestro pueblo a la rebelión, impidiéndole pagar los impuestos al Emperador y pretendiendo ser el rey Mesías".
Pilato lo interrogó, diciendo: "¿Eres tú el rey de los judíos?". "Tú lo dices", le respondió Jesús.
Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la multitud: "No encuentro en este hombre ningún motivo de condena".
Pero ellos insistían: "Subleva al pueblo con su enseñanza en toda la Judea. Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí".
Al oír esto, Pilato preguntó si ese hombre era galileo.
Y habiéndose asegurado de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo envió. En esos días, también Herodes se encontraba en Jerusalén.
Herodes se alegró mucho al ver a Jesús. Hacía tiempo que deseaba verlo, por lo que había oído decir de él, y esperaba que hiciera algún prodigio en su presencia.
Le hizo muchas preguntas, pero Jesús no le respondió nada.
Entre tanto, los sumos sacerdotes y los escribas estaban allí y lo acusaban con vehemencia.
Herodes y sus guardias, después de tratarlo con desprecio y ponerlo en ridículo, lo cubrieron con un magnífico manto y lo enviaron de nuevo a Pilato.
Y ese mismo día, Herodes y Pilato, que estaban enemistados, se hicieron amigos.
Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los jefes y al pueblo,
y les dijo: "Ustedes me han traído a este hombre, acusándolo de incitar al pueblo a la rebelión. Pero yo lo interrogué delante de ustedes y no encontré ningún motivo de condena en los cargos de que lo acusan;
ni tampoco Herodes, ya que él lo ha devuelto a este tribunal. Como ven, este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte.
Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad".

Pero la multitud comenzó a gritar: "¡Qué muera este hombre! ¡Suéltanos a Barrabás!".
A Barrabás lo habían encarcelado por una sedición que tuvo lugar en la ciudad y por homicidio.
Pilato volvió a dirigirles la palabra con la intención de poner en libertad a Jesús.
Pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!".
Por tercera vez les dijo: "¿Qué mal ha hecho este hombre? No encuentro en él nada que merezca la muerte. Después de darle un escarmiento, lo dejaré en libertad".
Pero ellos insistían a gritos, reclamando que fuera crucificado, y el griterío se hacía cada vez más violento.
Al fin, Pilato resolvió acceder al pedido del pueblo.
Dejó en libertad al que ellos pedían, al que había sido encarcelado por sedición y homicidio, y a Jesús lo entregó al arbitrio de ellos.
Cuando lo llevaban, detuvieron a un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para que la llevara detrás de Jesús.
Lo seguían muchos del pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él.
Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "¡Hijas de Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos.
Porque se acerca el tiempo en que se dirá: ¡Felices las estériles, felices los senos que no concibieron y los pechos que no amamantaron!
Entonces se dirá a las montañas: ¡Caigan sobre nosotros!, y a los cerros: ¡Sepúltennos!
Porque si así tratan a la leña verde, ¿qué será de la leña seca?".
Con él llevaban también a otros dos malhechores, para ser ejecutados.
Cuando llegaron al lugar llamado "del Cráneo", lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda.
Jesús decía: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Después se repartieron sus vestiduras, sorteándolas entre ellos.
El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: "Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!".
También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre,
le decían: "Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!".
Sobre su cabeza había una inscripción: "Este es el rey de los judíos".
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros".
Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él?
Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo".
Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino".
El le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso".
Era alrededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde.
El velo del Templo se rasgó por el medio.
Jesús, con un grito, exclamó: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Y diciendo esto, expiró.
Cuando el centurión vio lo que había pasado, alabó a Dios, exclamando: "Realmente este hombre era un justo".
Y la multitud que se había reunido para contemplar el espectáculo, al ver lo sucedido, regresaba golpeándose el pecho.
Todos sus amigos y las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea permanecían a distancia, contemplando lo sucedido.
Llegó entonces un miembro del Consejo, llamado José, hombre recto y justo,
que había disentido con las decisiones y actitudes de los demás. Era de Arimatea, ciudad de Judea, y esperaba el Reino de Dios.
Fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.
Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro cavado en la roca, donde nadie había sido sepultado.
Era el día de la Preparación, y ya comenzaba el sábado.
Las mujeres que habían venido de Galilea con Jesús siguieron a José, observaron el sepulcro y vieron cómo había sido sepultado.
Después regresaron y prepararon los bálsamos y perfumes, pero el sábado observaron el descanso que prescribía la Ley.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



sábado, 27 de marzo de 2010

DIA INTERNACIONAL DEL TEATRO



Una noche, al principio de los tiempos, un grupo de hombres se reunió en una cantera para calentarse alrededor de una hoguera y contar historias. De repente, a uno de ellos se le ocurrió levantarse y utilizar su sombra para ilustrar su historia. Usando la luz de las llamas hizo que sus personajes aparecieran más largos que en la vida real sobre los muros de la cantera. Asombrados, los demás reconocieron uno a uno al fuerte y al débil, al opresor y al oprimido, al dios y al mortal”. Había nacido el teatro. Este fragmento que le pertenece a Robert Lepage, dramaturgo canadiense, fue de uno de los tantos merecidos discursos dados como parte de las celebraciones por el Día Internacional del Teatro.
Mis más cálidos saludos a la gente de teatro, saludos respetuosos no solo a los indómitos actores, productores, dramaturgos y directores sino a todos los demás, lo que incluye también a los espectadores quienes se dan el tiempo para ser cómplices de esta maravillosa dimensión artística milenaria.
El teatro, que ha estado presente en la cultural humana aun antes de que se inventara el lenguaje, se ha mantenido contra viento y marea en la vida del hombre, y muchas veces se ha encargado de enrostrarnos nuestras miserias sociales o de resaltar nuestras momentos más felices.
Si tomamos en cuenta los bailes de las sociedades primitivas, las ceremonias religiosas más antiguas, ya encontraremos los rastros del teatro. Si observamos a un grupo de muchachos jugar a buenos y villanos, allí también percibiremos la esencia misma de la representación teatral. El fenómeno dramático precede, en todas las culturas, al fenómeno literario o al de las artes plásticas, porque el hombre, para satisfacer su afán de creación y de imitación, utilizó antes que nada, el material disponible más próximo: el de sí mismo, el de su cuerpo.

Desde 1961, el Instituto Internacional del Teatro, consideró que, dada la importancia de este género literario. Así, escogió el día 27 de marzo para celebrar el arte más antiguo de los creados por el hombre. Desde entonces, cada año, el 27 de marzo, antes de empezar, en cualquier lugar del mundo, la función, es leído un mensaje escrito por alguna de las destacadas personalidades del teatro.


jueves, 25 de marzo de 2010

LA ANUNCIACIÒN



¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68














La Anunciación del Señor - Solemnidad

Hoy la Iglesia celebra : Solemnidad de la Anunciación
image Saber más cosas a propósito de los Santos del día

Lecturas

Leer el comentario del Evangelio por : San Beda el Venerable
»El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin»

Evangelio según San Lucas 1,26-38.
En el sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.
El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo".
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Angel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido.
Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús;
él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre,
reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin".
María dijo al Angel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?".
El Angel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes,
porque no hay nada imposible para Dios".
María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Angel se alejó.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.





CELEBRACIÒN DE LOS 100 AÑOS DE FUNDACIÒN

25 de Marzo de 2010. Gracias Señor Jesús por permitirnos gozar de la Celebración de estos 100 años. La Comunidad de la U. E.A. Mons. Rafael Arias Blanco participamos en la Celebración Eucarística en la Insigne Basílica de Nuestra Señora del Rosari de Chiquinquirà. El Señor nos ha concedido la alegría de compartir con alumnos,ex alumnos, representantes, profesores,comunidades religiosas, entre otros. Gracias Señor por tu amor y por la Sierva de Dios Ma. del Refugio Aguilar y Torres que con docilidad de Espíritu fue fiel al llamado que un día le hiciste.

Con una Eucaristía en la capilla de la instituciòn oficiada por el Pbro. Eleuterio Cuevas y otra en la Basilica de Maracaibo, oficiada por el Obispo, Monseñor Ubaldo Santana y una cena en el Restaurante Tuto Pizza, a la cual asistieròn los trabajadores de la instituciòn junto a las Hermanas de la comunidad Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento de la Unidad Educativa Monseñor Rafael Arias Blanco se conmemoraro hoy 25 de marzo a partir de las 8:00 de la mañana el aniversario número cien de la fundación de la congregación religiosa.

Durante los actos de celebración del centenario de las Hermanas Mercedarias del Santisimo Sacramento, la comunidad recordo la vida y obra de su fundadora, la Madre María del Refugio Aguilar y Torres (1866 – 1934), quien nació en Guanajuato (México) pero, “con un inmenso amor a Cristo y a la Virgen María”, tal como lo manifiestan algunas religiosas de la congregación, dedicó su vida a difundir su amor a Jesùs Eucaristia y que con el tiempo su hija Maria Teresa continuo y extendio su legado al viajar por el continente dejando las huellas de su vocación en diversos países como: EE.UU., España, Italia, El Salvador, Venezuela, Chile, Cuba, Gatemala, Costa Rica, Colombia, Mozambique y su natal México.

Se conocen entre las Escuelas Arquidiocesanas las labores que imparten las religiosas, particularmente las que en materia educativa realizan a través de la Unidad Educativa Arquidiocesana Monseñor Rafael Arias Blanco, localizado en el Barrio El Gaitero, en la Ciudad de Maracaibo.

CENTENARIO CONGREGACIONAL DE LAS HHMMSS







El 25 de marzo de 1910, surgió un nuevo carisma en la Iglesia, abrazado al Carisma mercedario, el mismo día en que María del Refugio Aguilar fundó la Congregación en la ciudad de México.
El año 1926 la situación política propició un violenta persecución contra la Iglesia. El gran entusiasmo y anhelo evangelizador que reinaba en María del Refugio y en las hermanas, ven en este acontecimiento la oportunidad de expansión de la Congregación.



El 25 de marzo de 1910 es la fecha de fundación del Apostolado de Jesús Eucarístico y el 16 de abril de ese año el Arzobispo de México, José Mora y del Río, bendice e inaugura el Colegio del Santísimo Sacramento
Con la intención de prepararse interiormente y ultimar los detalles de la fundación, María del Refugio ingresa, en enero de 1908, al pensionado de la Compañía de María en la ciudad de México. Le acompaña su hija, quien prestará sus servicios en el colegio de dichas religiosas, con el fin de adquirir experiencia para después colaborar como profesora seglar en la obra de su madre. Al poco tiempo se les une Guadalupe Hernández Barba, dirigida también del Padre Zaragoza.

El 25 de marzo de 1910 es la fecha de fundación del Apostolado de Jesús Eucarístico y el 16 de abril de ese año el Arzobispo de México, José Mora y del Río, bendice e inaugura el Colegio del Santísimo Sacramento. A partir de entonces toda la vida de María del Refugio girará en torno a la comunidad y la escuela, alimentando su espíritu con la Comunión cotidiana y la adoración al Santísimo, y desbordando su caridad en quienes la rodean, interesándose por el bienestar espiritual y moral de los educandos y sus familias, concediendo educación gratuita a quienes no la pueden pagar, dando calor de hogar a los huérfanos y abandonados, consolando a los afligidos, albergando a los perseguidos, dando de comer y de vestir a los pobres.

El fundamento de su proyecto educativo es que en el centro de todas las ciencias está Dios y que no hay auténtica vida cristiana sin la participación eucarística y la protección de María. En otras palabras, ir mas allá de lo académico, haciendo del aprendizaje una experiencia mística que nos descubra y haga gozar y agradecer la presencia y la grandeza de Dios. En sus escuelas se impartirá una educación ordenada e integral, útil y que satisfaga los programas oficiales, empleando en todo los métodos más avanzados de la pedagogía, formando en los educandos hábitos de bien obrar y enseñándoles a gobernar las pasiones por medio de la voluntad, para que bien ordenadas y ayudadas de la gracia recibida en la comunión eucarística, los conduzcan al bien. Para formar el intelecto atenderán al desarrollo simultáneo de todas las facultades humanas y despertarán el gusto por el trabajo. Y para educar en la moral, buscarán el remedio para todo en la ley de Dios, en la oración y en los sacramentos, especialmente en la Sagrada Eucaristía. Así mismo, infundirán la urbanidad, el lenguaje castizo y pulcro, y los hábitos sociales de las personas cultas, que facilitan el acceso a una sociedad civilizada. Para descansar del trabajo intelectual: ejercicios gimnásticos, alimentación nutritiva, baños frecuentes, excursiones y paseos. La vigilancia preventiva es otra de las características, haciendo ver a las religiosas que son responsables ante Dios de la pureza de los niños y que por lo mismo deberán evitarles las ocasiones de pecado.

La fundación del instituto coincide con la caída del gobierno de Porfirio Díaz. Un gobernante aferrado al poder y las condiciones de opresión y miseria en que vivía un sector mayoritario de la población, fueron el detonante de una revolución que dejaría cientos de miles de muertos y que acabaría con la economía productiva, agudizando la pobreza de las masas. A la par, la iglesia sería cruelmente perseguida, sus ministros encarcelados y desterrados, sus bienes confiscados, sus establecimientos benéficos clausurados y todo lo largo del territorio nacional bañado con la sangre de los mártires.

El general Díaz fue obligado a renunciar, embarcándose el 31 de mayo de 1911 con destino a Europa. Francisco León de la Barra, se hizo cargo del gobierno interino y el 6 de noviembre de ese año Francisco I. Madero iniciaba un período presidencial caracterizado por luchas agrarias y enfrentamientos entre líderes revolucionarios ávidos de poder. El 9 de febrero de 1913 hubo una sublevación militar que desencadenó diez días de intensos y sangrientos combates en la ciudad de México, terminando el martes 18, al desconocer el general Victoriano Huerta al Gobierno, mandando aprehender y fusilar al Presidente Madero y al Vicepresidente Pino Suárez. El saldo es de más de dos mil muertos y seis mil heridos. Durante esos días María del Refugio improvisa un puesto de socorros y ahí, ayudada de sus compañeras y dos médicos amigos, atiende a los heridos. Por los levantamientos y las guerras fratricidas escasean los alimentos. María del Refugio organiza colectas de víveres y ropa que luego reparte entre familias pobres, llegando a contarse, en 1915, cerca de cuatrocientas personas las que acuden diariamente a las puertas del colegio y a todas se les da de comer. Por todos estos servicios la Asociación Mexicana de la Cruz Blanca Neutral le concedería, años más tarde, una mención honorífica.

El año de 1917 inicia con la promulgación de una nueva Constitución (5 de febrero), que negaba personalidad jurídica a la Iglesia y a los sacerdotes sus derechos ciudadanos, desconocía las comunidades y los votos religiosos, proscribía la educación confesional, prohibía el culto público fuera de los templos y los bienes eclesiásticos pasaban a ser propiedad de la nación; aunque, si bien es cierto, el Presidente Carranza permite el regreso de los obispos desterrados, tolera el ejercicio del ministerio sacerdotal y que las congregaciones religiosas continúen atendiendo escuelas y hospitales.

El Colegio del Santísimo Sacramento se cambia a una villa en la Avenida Chapultepec 183. Estaba en condiciones deplorables y resultaba pequeña, por lo que de inmediato se emprenden algunas mejoras y ampliaciones. Las Hermanas habrían de pasar varios años entre albañiles, plomeros y carpinteros; cada semana con el apuro de cómo pagar la raya, habiendo días en que amanecían sin un centavo, confiando tan sólo en la Providencia. Al finalizar los albañiles el trabajo del día, María del Refugio reza con ellos el rosario, les dirige el ofrecimiento de flores a la Santísima Virgen y en cuaresma les hace sus ejercicios espirituales. A los amancebados los motiva para que se casen por la Iglesia. Preparándolos antes para los sacramentos de la reconciliación y de la Eucaristía. Y para promoverlos humanamente, a los analfabetas los enseña a leer.

María del Refugio tiene amistad con algunos obispos, entre ellos el de Tulancingo, José Juan de Jesús Herrera y Piña, quien desde 1914 se había interesado por la comunidad, visitándola y aconsejándola. Posiblemente es él quien sugiere soliciten al arzobispo Mora y del Río les nombre un director que las oriente y organice canónicamente. A finales de 1918 se presenta fray Alfredo Scotti, mercedario, con orden de constatar el estado que guarda la comunidad. Hasta entonces la vida de la comunidad se ha desarrollado familiarmente, normándose sólo por un reglamento muy sencillo que ordenaba los horarios y definía las responsabilidades para cada uno de los cargos y oficios. La jornada comenzaba a las cuatro y media y concluía a las nueve de la noche, habiendo tiempo para la santa misa, la adoración eucarística, la oración comunitaria, meditación, lectura espiritual, examen, enseñanza u otros trabajos, aseo de salones, alimentos y recreaciones.

Hacían falta constituciones, directorio y ceremoniales. María del Refugio redacta los borradores, en los que define su ideario de vida religiosa. Según ella, esta comunidad eucarística es una familia y como en todo hogar, hay un orden y un respeto que guardar, establecido en sus reglas y horarios, así como en el trato cordial y educado, indispensable para la convivencia filial y fraterna, que habrá de manifestarse en armonía entre los miembros y en alegría. Señala la bondad, la urbanidad, la paciencia, la humildad, como elementos que deben existir para que las relaciones en toda familia sean constructivas y fraternas. Pero sobre de éstos, el amor y el perdón.

El apostolado de Jesús Eucarístico tenía tres miembros el día de su fundación, en enero de 1919 eran quince y un año después veintisiete. Entre las señoritas que por ese tiempo ingresaron a la comunidad, se encontraba María (Refugio) Cancino, quien hasta entonces había llevado la vida ordinaria de una seglar. En agosto de 1920 resuelve ingresar al Instituto fundado por su madre y el 12 de octubre toma el hábito, recibiendo en religión el nombre de María Teresa.

El aumento de personal es motivo para que la comunidad inicie su expansión. La primera casa filial es la de Popotla, cuyo colegio fue inaugurado el 2 de febrero de 1919. Cinco meses más tarde se abre la segunda en San Luis de la Paz, y en diciembre una en Real del Monte. Siguen otras en Jalapa, Sayula, San Luis Potosí, Monterrey, Saltillo, Toluca y Tacubaya.

En algunas de estas fundaciones se vive en suma pobreza, careciendo incluso de alimentos. María del Refugio, sin embargo, está conforme con las precarias condiciones, recordando aquella máxima de Santa Teresa, de que “todos los principios son penosos” y con la convicción de que, una vez comenzado algo, debe continuarse, sin importar las dificultades que puedan presentarse, siempre y cuando sea voluntad de Dios y de los Superiores.
En vista del número de casas y de miembros y de que ya todo está bien organizado, el Arzobispo Mora y del Río pone en manos del Padre Scotti la solicitud de aprobación diocesana del Apostolado de Jesús Eucarístico, junto con las cartas de recomendación de varios obispos, para que las lleve personalmente a Roma.

La Sagrada Congregación de Religiosos encuentra todo bien preparado, por lo que concede, el 15 de junio de 1922, el permiso de erección canónica, cambiando el nombre de la comunidad al de Apostolado del Santísimo Sacramento. Las Constituciones sufren algunas modificaciones, que si bien no cambian la esencia del Instituto, si amplían su fisonomía espiritual. El fin seguiría siendo el mismo que las había congregado y para el cual fueron aprobadas y erigidas: la santificación de sus miembros por la práctica de los consejos evangélicos y la extensión del reinado de Jesús Eucarístico en todas las clases sociales, enseñando a través de la educación cristiana de la niñez y juventud, que Jesús Sacramentado es el centro de todas las ciencias.

En los patronos hay añadiduras: junto a la advocación guadalupana incorporan la de la Virgen de la Merced, y entre los santos protectores, junto a San José, San Miguel Arcángel, San Pascual Bailón y Santa Teresa de Jesús, aparece San Ramón Nonato, el santo mercedario de la Eucaristía.


La comunidad va tomando un matiz mercedario. En agradecimiento a la Virgen Redentora de cautivos, María del Refugio solicita la agregación a la Orden, misma que le es concedida el 11 de julio de 1925, siendo desde entonces conocidas como Religiosas Eucarísticas Mercedarias y desde 1948 como Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento. Por esta devoción las Hermanas están llamadas a participar del dolor maternal de María, asociado al misterio redentor de Jesús, y a colaborar con actos heroicos de amor y caridad para rescatar al hombre de sus cautividades modernas y así salvar sus almas.

En agradecimiento a la Virgen Redentora de cautivos, María del Refugio solicita la agregación a la Orden, misma que le es concedida el 11 de julio de 1925, siendo desde entonces conocidas como Religiosas Eucarísticas Mercedarias y desde 1948 como Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento.
Los ataques del Gobierno contra la Iglesia son cada vez más frecuentes. El 30 de noviembre de 1924 toma posesión como Presidente de la República Plutarco Elías Calles, quien en febrero de 1925 promueve un cisma, con el fin de instituir una religión dependiente de la autoridad civil. Y en febrero de 1926, la prensa atribuye a Monseñor Mora y del Río unas declaraciones contra la Constitución de 1917, que sirven de pretexto para desencadenar la brutal persecución religiosa.

Esa misma semana la mayoría de los colegios católicos son clausurados. Para su reapertura, el Gobierno reclama el cumplimiento de lo estipulado en la Constitución, que en su artículo tercero, dispone: “Las corporaciones religiosas, los ministros de cultos, las sociedades por acciones que, exclusiva o predominantemente realicen actividades educativas, y las asociaciones o sociedades ligadas con la propaganda de cualquier credo religioso, no intervendrán en forma alguna en planteles en que se imparta educación primaria, secundaria y normal y la destinada a obreros o a campesinos”. Los obispos conminan a los directores de los colegios católicos a que firmen las declaraciones en las que se comprometen a observar cabalmente el artículo tercero constitucional.

Todos firman, excepto el Padre Juan Carranza y las Hermanas del Apostolado del Santísimo Sacramento. María del Refugio no podía, en conciencia, sujetarse a una ley que atentaba contra Dios y contra la libertad del hombre. Consulta a Monseñor Crespi, Secretario de la Delegación Apostólica, quien opina que la Santa Sede preferiría que dejaran los colegios antes que transigir con lo estipulado por las autoridades civiles. Pero el Vicario General del Arzobispado, Maximino Ruiz y Flores, le dice que no debe rebelarse a las disposiciones superiores; esto disipa las dudas y con repugnancia cede, haciendo que una seglar firme por ella. Las clases reinician el martes 27 de abril, pero el crucifijo y las imágenes religiosas permanecen en las paredes de las aulas del Colegio del Santísimo Sacramento, porque María del Refugio considera que los símbolos de la fe son parte esencial del medio ambiente que debe imperar en sus establecimientos.

El jueves 27 de mayo se presentan a las puertas del Colegio del Santísimo Sacramento dos agentes de la Secretaría de Gobernación con orden de cateo. Encuentran a las Hermanas portando sus hábitos. Pistola en mano recorren la casa, revisando hasta por debajo de las camas, pues -según dicen- tienen orden de disparar “sobre cualquier cura que encuentren”. Para evitar una profanación, María del Refugio toma el Santísimo Sacramento y llevándolo bajo el manto los acompaña por toda la casa, al tiempo que les habla, con energía y valor, dándoles respuestas, como: “No temo que ustedes me cierren, como dicen, los oratorios, porque el oratorio que llevo en el corazón, ese sí que no lo podrán cerrar”. Escenas similares se repetirán continuamente en los años venideros.

El 2 de julio de 1926 el Presidente de la República promulga una ley que reglamenta el ejercicio de los cultos, sujetando el ministerio espiritual al poder civil. La aplicación de la llamada “Ley Calles”, comprende la expulsión de sacerdotes extranjeros, prohíbe la prensa católica, censura la correspondencia, penaliza incluso la práctica religiosa en privado, y dispone el cierre de los colegios confesionales, los seminarios diocesanos y las instituciones de beneficencia asistidas por religiosas. El Episcopado responde con una carta colectiva en la que comunica la decisión de suspender el culto público en todos los templos del país, a partir del 30 de ese mes. La clausura de los Colegios Eucarísticos es inevitable. El 15 de julio es el último día de clases en Avenida Chapultepec, aunque algunas Hermanas continuarán instruyendo subrepticiamente, reuniendo grupos de niñas en casas de familia.

Hacía tiempo que viendo como la cuestión religiosa en México se complicaba, María del Refugio había pensado abrir casas en España e Italia como medio para conservar la vocación de sus religiosas y la vida del Instituto. El primer paso fue una fundación en Placetas, Cuba., en septiembre de 1925, que serviría de puente a las Hermanas destinadas a las fundaciones ultramarinas. Luego tramita una fundación en El Salvador y el traslado del noviciado a Oklahoma, en los Estados Unidos. En La Habana abre otro Colegio Eucarístico (6 septiembre 1926) y de España le proponen abrir una casa en las Provincias Vascongadas, fundación que lleva a cabo luego de que en comunidad hiciera los Siete Domingos a Señor San José encomendándole el asunto. La superiora general y las consejeras permanecerían en México, saliendo temporalmente de su convento para refugiarse en los sótanos de una casa vecina, desde donde seguirían gobernando el Instituto.

En los primeros meses de esta persecución religiosa, María del Refugio había recibido una carta del Maestro General de la Orden de la Merced en la que la alentaba y compadecía por la crítica situación por la que pasaba la Iglesia en México. Por el mismo conducto escribía fray Luis Márquez Eyzaguirre, ofreciendo sus servicios para conseguir una fundación en Chile, su tierra natal, la que María del Refugio no dudó en aceptar. El contacto con algunos mexicanos en Lovaina y Estados Unidos, motivaron al Padre Márquez a hacer un viaje a México (1928) para ver por sí mismo la situación por la que pasaban los católicos. Se embarcó en el “Alfonso XIII”, llegando a Veracruz el 11 de marzo. En el vapor trabó amistad con un joven norteamericano; viendo providencial su compañía para despistar a los agentes, lo invitó a proseguir el trayecto juntos hacia la capital mexicana. El encuentro con María del Refugio lo calificó Márquez como la impresión más grande de su vida. Se hospedó en la Avenida Chapultepec, permaneciendo en la ciudad de México durante un mes, ocasión que aprovechó para proponer otras fundaciones: Cartagena en Colombia y Caltanissetta en Italia, que se realizarían, pero no con pocos contratiempos.

El encuentro con María del Refugio lo calificó Márquez como la impresión más grande de su vida
A raíz de la persecución religiosa la Congregación había iniciado su expansión en el extranjero. Hacia 1929 funcionaban con dificultades y penurias el noviciado de Oklahoma, dos colegios en Cuba, uno en la República de El Salvador, otro en Chile, otro en España, otro en Colombia y uno más en Italia. En México quedaban el gobierno general y los colegios de la Colonia Roma, Coyoacàn y San Luis Potosí. La casa de Chapultepec estaba denunciada como escuela católica desde 1924, constando en el acta la existencia de una capilla. Desde 1926 había dejado de funcionar el colegio y a la fecha la habitaban únicamente el Consejo General y algunas niñas. Otras dependencias estaban ocupadas por familias o permanecían desocupadas.

Pero la clausura del establecimiento y el alquiler de los departamentos no lograron terminar con las frecuentes inspecciones de los agentes del Gobierno y el resultado de los cateos confirmaba la existencia de una comunidad religiosa. Previendo por lo peor, María del Refugio hace demoler la capilla, para que, en caso de expropiación, no fuera profanada. Cuando ya la causa estaba perdida, alquila una casa en Coyoacàn, que pasan a ocupar el 8 de septiembre de 1930, al ser despojadas del único inmueble que poseían y que habían adquirido con tantos afanes y sacrificios. Jamás se quejaría ni hablaría mal de quienes se apropiaron del patrimonio de la Congregación. Al comunicar la noticia a las Hermanas, lo hace diciendo: “Últimamente se ha servido el Señor permitir que fuésemos despojadas de nuestra Casa Madre, que tantos sacrificios nos había costado y en la que teníamos colocadas tantas esperanzas. ¡Bendito sea el Señor en sus dones y hágase su divina voluntad¡”

La política del Gobierno estaba enfocada a manipular la instrucción para adoctrinar a las nuevas generaciones. El Presidente Abelardo Rodríguez reforma la Constitución para obligar la educación socialista y sectaria en todo el país, lo que su sucesor, el General Lázaro Cárdenas, se empeñaría en hacer cumplir. Los maestros de las escuelas públicas y privadas serían obligados a apoyar los fines de la educación socialista y a implantarla en las escuelas, así como propagar los postulados y principios del socialismo promovido por el Gobierno nacional, entre los que destacaba el combatir el catolicismo.

María del refugio había llegado a Coyoacàn animada, serena y alegre, pero a sabiendas de que tendría que cambiar de residencia en varias ocasiones por el temor de los propietarios de perder sus bienes por alquilar a una comunidad religiosa. Estaba profundamente dolida, sí, por el ateìsmo y contenido inmoral de los programas obligatorios de enseñanza. Así mismo le repugnaba la actitud condescendiente de los educadores católicos frente a las exigencias del Gobierno. Por ello quiere desagraviar a Dios, y lo hace dando familia y educación a siete niñas huérfanas; una por cada uno de los dolores de la Santísima Virgen. Esto es lo que llamarían obra de infancia. Escribe a las casas comunicando su idea. De Cuba mandan dos niñas, de España otras dos y de México una. La vida no le alcanzaría para completar las siete, pero para estas cinco fue una verdadera madre.

La última casa que ocupa es la de Martì 156, en la Colonia Escandòn. Al entrar por primera vez (septiembre de 1936) presiente que su muerte está próxima y manda poner un pasamanos en la escalera del ingreso, para que los empleados de la funeraria tengan donde apoyarse al sacar el ataúd. A las pocas semanas, al estar rezando fervorosamente la novena de la Virgen de Guadalupe, una corriente de aire en el cuarto que se adaptó como capilla le provoca una pulmonía. Al inicio del año 1937 se encuentra muy agotada por una tifoidea que venía padeciendo hacìa varios meses, con fiebre y malestar continuo. A mediados de febrero le diagnostican bronconeumonía y poco después nefritis, que le ocasiona la hinchazón de todo el cuerpo. Su condición empeora por insuficiencia del riñón, temperatura baja y el agua invade los tejidos, saliendo por las piernas más de treinta litros. Se halla en un estado de debilidad absoluta, sufriendo muchísimo, sin movimientos y con dolores indecibles al cambiarla de postura, pero soporta todo con suma paciencia y resignación.

Escribe a todas las religiosas participándoles su gravedad, encomendándose a sus oraciones y haciéndoles algunas exhortaciones. A las Hermanas que la acompañan les pide unión y caridad fraterna, les recomienda que cumplan con su guardia ante el Santísimo, que no dejen de rezar por los difuntos y que no la dejen en el purgatorio diciendo: “¡Era tan buena!”. Dispone todo lo que se debe de hacer y prepara las sábanas para su mortaja.
El 23 de abril amanece muy grave. Le hacen una transfusión de sangre que le ocasiona fuerte reacción. La acompañan la Madre Guadalupe y el Padre Zaragoza, a quien pide la absolución. Cuando el Padre ve que la vida de María del Refugio está llegando a su fin, le toma la mano derecha y le dice: “Bendice a tus hijas”. Da una última mirada, pronuncia las palabras: “arriba, arriba...” y ya en toda paz muere. Faltaban veinte minutos para la una de la madrugada del 24 de abril de 1937.

El recuerdo de una mujer ejemplarmente virtuosa, enamorada del Santísimo Sacramento y ansiosa de compartir ese amor por todas partes y con todo el mundo, conforta y llena de esperanza a sus hijas religiosas, amistades y conocidos. Muy pronto comenzaría a experimentar los frutos de su intercesión en el cielo.
Los años que siguieron, el Instituto de las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento alcanzaría un desarrollo notable. En diez años se duplicaron las casas y el personal; y el 22 de julio de 1948 Pìo XII concedía el decreto laudatorio.

La fama de santidad de la fundadora continuaría creciendo, contándose cada vez más las personas que testimoniaban un cambio en su manera de vivir luego de conocer la vida de María del Refugio Aguilar y Torres; como también las que informaban de gracias y favores alcanzados por su intercesión. Lejos de ser olvidada, María del Refugio se perfila como modelo de vida eucarística para el nuevo milenio.


NOTA: Si por la gracia de Dios le fuera concedido algún favor por intercesión de María del Refugio, le agradecemos nos lo haga saber a: Causa de María del Refugio, Fernández Leal 130, Barrio del Niño Jesús, 04330 Coyoacàn, D.F., México.

miércoles, 24 de marzo de 2010

INVITACIÒN A LA CELEBRACIÒN DEL CENTENARIO CONGREGACIONAL



Queremos invitarles a la eucarística que se celebrará mañana jueves 25 de marzo en las instalaciones del colegio, con motivo del Centenario de la Congregación de las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento.

Ojala todos los ex-alumnos y ex- alumnas puedan participar y acompañar al colegio en esta importante celebración.

Les esperamos a todos en la Capilla Santisimo Sacramento de la Escuela a las 8 a.m.

Un abrazo y que Dios les bendiga....:)

martes, 23 de marzo de 2010

HIMNO CONMEMORATIVO - MARACAIBO.VZLA

VIA CRUCIS


¿En qué consiste?

Es recordar con amor y agradecimiento lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado. Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta su muerte en la Cruz.

¿Cuáles son las promesas de Jesucristo a los devotos del via crucis?

A la edad de 18 años, Estanislao, joven español, ingresó al noviciado de los “Hermanos de las escuelas cristianas" , en Bugedo (Burgos, España). En la vida religiosa, este joven tomó los votos de religión que son: el cumplimiento de los reglamentos, avanzar en la perfección cristiana; y alcanzar el amor puro. En el mes de octubre de 1926, este hermano se ofreció a Jesús por medio de María Santísima. Poco después de haber hecho esta donación heroica de sí mismo, el joven religioso enfermó y meses después, murió. Fue en marzo de 1927.

Según el maestro de novicios, Estanislao era un alma escogida de Dios que recibía mensajes del cielo. Sus confesores y teólogos reconocieron estos hechos sobrenaturales como actos insignes. Su director espiritual le había ordenado escribir todas las promesas transmitidas por Nuestro Señor, entre otras las relacionadas con los devotos del via crucis.

Promesas para los devotos del Via Crucis

1.- Yo concederé todo cuanto se me pidiere con fe, durante el rezo del Via Crucis.
2.- Yo prometo la vida eterna a los que, de vez en cuando, se aplican a rezar el Via Crucis.
3.- Durante la vida, yo les acompañaré en todo lugar y tendrán Mi ayuda especial en la hora de la muerte.
4.- Aunque tengan más pecados que las hojas de las hierbas que crece en los campos, y más que los granos de arena en el mar, todos serán borrados por medio de esta devoción al Via Crucis. (Nota: Esta devoción no elimina la obligación de confesar los pecados mortales. Se debe confesar antes de recibir la Santa Comunión.)
5.- Los que acostumbran rezar el Vía crucis frecuentemente, gozarán de una gloria extraordinaria en el cielo.
6.- Después de la muerte, si estos devotos llegasen al purgatorio, Yo los libraré de ese lugar de expiación, el primer martes o viernes después de morir.
7.- Yo bendeciré a estas almas cada vez que rezan el Via Crucis; y mi bendición les acompañará en
todas partes de la tierra. Después de la muerte, gozarán de esta bendición en el Cielo, por toda la eternidad.
8.- A la hora de la muerte, no permitiré que sean sujetos a la tentación del demonio. Al espíritu maligno le despojaré de todo poder sobre estas almas. Así podrán reposar tranquilamente en mis brazos.
9.- Si rezan con verdadero amor, serán altamente premiados. Es decir, convertiré a cada una de estas almas en Copón viviente, donde me complaceré en derramar mi gracia.
10.- Fijaré la mirada de mis ojos sobre aquellas almas que rezan el Vía Crucis con frecuencia y Mis Manos estarán siempre abiertas para protegerlas.
11.- Así como yo fui clavado en la cruz, igualmente estaré siempre muy unido a los que me honran, con el rezo frecuente del Vía Crucis.
12.- Los devotos del Vía Crucis nunca se separarán de mí porque Yo les daré la gracia de jamás cometer un pecado mortal.
13.- En la hora de la muerte, Yo les consolaré con mi presencia, e iremos juntos al cielo. La muerte será dulce para todos los que Me han honrado durante la vida con el rezo del Vía Crucis
14.- Para estos devotos del Vía Crucis, Mi alma será un escudo de protección que siempre les prestará auxilio cuando recurran a Mí..

¿Cómo se reza el Via Crucis?

ORACIONES INICIALES

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti,
para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.

Por la señal, de la Santa Cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICCIÓN

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

1ª ESTACIÓN: JESÚS SENTENCIADO A MUERTE

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Sentenciado y no por un tribunal, sino por todos. Condenado por los mismos que le habían aclamado poco antes. Y El calla...

Nosotros huimos de ser reprochados. Y saltamos inmediatamente...
Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me haga sufrir. Yo lo merezco. ¡Ayúdame!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGADO CON LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad.
Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE, POR PRIMERA VEZ, BAJO EL PESO DE LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos.
¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

4ª ESTACIÓN: ENCUENTRO CON LA VIRGEN

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida. Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi existencia.
¡Ayúdame Madre!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

5ª ESTACIÓN: EL CIRINEO AYUDA AL SEÑOR A LLEVAR LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo concreto, para realizarnos de una manera particular. ¿Cuál es la mía y cómo la llevo a cabo?
Pero hay algo, Señor, que es misión mía y de todos: la de ser Cirineo de los demás, la de ayudar a todos.
¿Cómo llevo adelante la realización de mi misión de Cirineo?

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señor, te abandono cuando me dejo llevar por el "qué dirán", del respeto humano, cuando no me atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti. Y en tantas otras ocasiones.

Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano, por el "qué dirán".
Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

7ª ESTACIÓN: SEGUNDA CAÍDA EN EL CAMINO DE LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Caes, Señor, por segunda vez. El Via Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más.
Caes delante de todos... ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el quedar mal ante los demás, por un error, por una equivocación?. ¿Cuándo aprenderé que también eso se puede convertir en ofrenda?

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Muchas veces, tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis pesares, de mis preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor propio mal entendido, de egoísmo, de envidia.
Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus innumerables beneficios de cada día, que me manifiestan, Señor, cuánto me quieres.
Dame profunda gratitud y correspondencia a tu misericordia.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido, Señor.
Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz.
Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te lo doy a Ti para ellos.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

viacrucis10.jpg (7488 bytes)10ª ESTACIÓN: JESÚS DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas.
A infinita distancia de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres queridos. Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me desgarraron, uniéndome a tu pasión y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoísmo.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

11ª ESTACIÓN: JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas también por ellos.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro.

12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas de los clavos, la lanzada del costado... ¡Gracias, Señor, gracias!
Has muerto por salvarme, por salvarnos. Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

viacrucis13.jpg (6796 bytes)13ª ESTACIÓN: JESÚS EN BRAZOS DE SU MADRE

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable. Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te compadezcas de mí.
¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

14ª ESTACIÓN: EL CADÁVER DE JESÚS PUESTO EN EL SEPULCRO

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección. Enséñame a ver lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que perdura. Y que esa luz ilumine todos mis actos. Así sea.

Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.

Se reza a continuación un Padrenuestro

ORACIÓN FINAL

Te suplico, Señor, que me concedas, por intercesión de tu Madre la Virgen, que cada vez que medite tu Pasión, quede grabado en mí con marca de actualidad constante, lo que Tú has hecho por mí y tus constantes beneficios. Haz, Señor, que me acompañe, durante toda mi vida, un agradecimiento inmenso a tu Bondad. Amén.

Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento; acompáñame como acompañaste a tu Hijo Jesús en el camino del Calvario; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza para que mi dolor sea dolor redentor que en las manos de Dios se convierta en un gran bien para la salvación de las almas. Amén.


EL VIVE