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jueves, 15 de enero de 2009

FELÍZ DÍA DEL MAESTRO 2009!!!!!


FELICITACIONES A TOD@S L@S MAESTR@S DE VENEZUELA EN SU DÍA!!!!

REFLEXIÓN PARA TODOS LOS DÍAS



El ser maestro

Tengo el convencimiento, de que las obras más perfectas, de los imperfectos seres humanos, son aquellas que nacen del corazón.

Y puesto que con absoluto convencimiento y descaro quiero ser llamado alguna vez, “Maestro”, intentaré cumplir con la asignación de definir, lo que esto es, desde la perspectiva de mí propio corazón, sinceramente, sin ruborizarme y convencido de lo que pienso, tanto, que lo escribo y rubrico. Hasta que alguien, tal vez algún genuino Maestro, es decir, un ser humano menos imperfecto que yo, me enseñe lo que esto es, realmente.

“Ser Maestro” es tener la vocación de vivir con pasión, la ciencia y el arte, de esculpir el cuerpo, la mente y el espíritu de los seres humanos, para que sean un todo armónico, hermoso consciente y bueno, para lo mejor y para el bien, insuflando en sus corazones, la inspiración de crecer, hacia la luz y hacia el amor.

Saben? las pizarras, son monstruos de espanto, dragones inmensos y malvados de color verde, la tiza, es un artilugio de hechicería, que te hace estornudar y picar la nariz, un pupitre, no es más que un ingenio de tortura y de terror y el salón de clases, un abismo oscuro y sin fondo.

Los Maestros y las Maestras, -los de verdad-, son magos, hadas maravillosas capaces de convertir el monstruo en corcel, el artilugio en rienda, el ingenio en carro y el abismo, en una llanura infinita, donde perseguir y lazar los sueños.

Ojalá, que un día el señor, me conceda semejante poder… Amen.



Ser maestro...

Ser maestro es un arte, una profesión y una vocación. Un arte porque cada grupo, cada niño, necesita una variación, un ajuste y una atención personal, que exige sensibilidad, flexibilidad y originalidad.
Una profesión porque debe saber quienes son los niños y cómo se desarrollan, y, además, debe saber de lecto-escritura, matemáticas, ciencias etc.. Debe conocer muchas estrategias y metodologías y tener clara su visión de mundo y su rol como maestro.

Pero, más allá de esto, tiene que tener la vocación necesaria para visualizar que su trabajo es contribuir a la formación de una personita que debe enfrentar sus propios retos y aprendizajes, que llega a la escuela con su alma, corazón, mente y espíritu dispuesto a ser lo mejor. De cada maestro depende, dentro del medio escolar, cuánto avanza, y cuándo aprende cada niño en todos los aspectos de su desarrollo: físico, intelectual y socioemocional.

¿Qué es ser maestro hoy en día?


La educación es uno de los pilares más importantes de la sociedad, y por lo tanto, el encargado de impartirla también lo es.

Por eso es muy importante conocer la labor de un maestro, con qué características debe contar, qué actividades debe realizar y cómo, qué hay detrás del hecho de pararse frente a un grupo de estudiantes e impartir una clase.

Conocer qué hace un maestro, porqué y para qué, es algo que seguramente no ha pasado por la cabeza alguna vez, y si no, quiza sea un buen día para pensar en ello.

¿Qué es ser maestro hoy en día?
Generalmente, al maestro se le ve como la persona encargada de atender un grupo de estudiantes y de brindarle las enseñanzas necesarias dependiendo del grado escolar que esté impartiendo; pero esta tarea, no es tan sencilla como parece.


Para impartir clases, el maestro debe contar con muchas características fundamentales para la enseñanza, primordialmente el lenguaje. El lenguaje es ese instrumento del que se vale el hombre para dar a conocer a los demás la manera en que interpreta todo lo que está a su alrededor, así como sus ideas y opiniones, es el medio más idóneo para transmitir la cultura de los pueblos como lo son sus conocimientos, valores, costumbres, tradiciones, descubrimientos, avances, etc.

El maestro, debe ser capaz de enseñar gran parte de los conocimientos a través del lenguaje hablado, generando un sistema de comunicación dentro del aula que permita tanto la adquisición como el análisis de los conocimientos. No debemos olvidar que dentro de un salón de clase, quien más habla es el maestro, por ello la importancia de que su tono de voz sea adecuado y entendible para sus alumnos y el contexto en que labora. Debe ser el puente de conexión entre el alumno y los conocimientos.

Dentro de su labor docente el maestro se encuentra en una constante reflexión sobre su trabajo, analiza lo qué funciono y lo que no dentro da cada una de sus clases así como las razones de ello, es una actividad de autocrítica que permite identificar hasta que punto hay que dejarlo libres o brindarles apoyo, que tipo de actividades favorecen más su aprendizaje, que les agrada o desagrada, que tan tolerante se puede ser con ellos, entre otros muchos aspectos. Todo lo anterior nos da la oportunidad de mejorar la práctica docente y hacerla más efectiva, generando con ello mejores relaciones dentro del salón de clases y mejores resultados académicos.

Después de realizar algunas investigaciones en 1977, Flanders expresaba que “los profesores dicen a los alumnos lo que tienen que hacer, como hacerlo, cuando han de empezar, cuando han de concluir y si lo que hicieron está bien o mal”. Si analizamos bien esta idea, nos daremos cuenta de que aún hoy se sigue trabajando de esta manera, pero alguna vez nos hemos puesto a pensar ¿qué hay detrás de todo eso?, al hacer esta pregunta me refiero en sí a saber qué es lo que un maestro debe hacer antes de llegar a impartir una clase.

Pocas son las personas que se hacen esta pregunta y quizá seamos únicamente los maestros o las personas que se mueven en este medio, quienes la podamos responder más atinadamente tomando como base nuestra propia experiencia. Mucha gente no se da cuenta de que para poder explicar un tema, es necesario, conocerlo, estudiarlo y analizarlo antes de pararse enfrente a enseñarlo; para poder decirle a los alumnos qué hacer y cómo hacerlo se requiere de un análisis del grupo en todos sus aspectos para hacer así, la elección adecuada de las actividades que propiciaran un mejor conocimiento; para poder indicar cuando empezar y cuando acabar determinada actividad, necesitamos seleccionar el momento preciso dentro de la clase en el que los alumnos estén listos para dicho trabajo y por último, para decidir si un trabajo realizado por los alumnos está bien o está mal, necesitamos ponernos en sus zapatos, bajarnos a su nivel para poder identificar qué tanto aprendió de lo que enseñamos y si se lograron cubrir tanto las expectativas del alumno como las del maestro. El ser maestro implica muchas responsabilidades, debe planear sus clases, actualizarse profesionalmente, revisar tareas y trabajos, realizar evaluaciones, asignar calificaciones, preparar y participar en eventos cívicos y culturales de la escuela, cuidar su imagen ante la sociedad, etc. Y debe darse el tiempo para ello, y si no alcanza a cubrir todo esto en su horario de trabajo, se ve en la necesidad de llevarse el resto a casa si es que en realidad desea tener el mayor tiempo efectivo de clase.

Es una de las profesiones, creo yo, que está condenada absorber parte de nuestro tiempo libre, no es raro escuchar que un maestro elaboró su planeación en casa, que reviso los exámenes, que asignó calificaciones, que elaboró material didáctico, que hizo esto o aquello; sin embargo, lo hacemos con mucho gusto, es una profesión que nos deja grandes satisfacciones y experiencias de vida. No nos importa dar todo ese tiempo que podríamos utilizar para nosotros si es que servirá para la formación de un niño o un joven, si es que ayudará a brindarles las herramientas necesarias para adaptarse y vivir dentro de su sociedad, si es que contribuirá a que tengan un mejor nivel de vida, si es que servirá para lograr poner en cada una de sus caras una sonrisa al decir ya le entendí o al pronunciar, hoy aprendí algún nuevo, porque aunque no lo crean, esa es nuestra mejor recompensa.

Profa. Adriana Guadalupe Ramos Román



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